sábado, 30 de mayo de 2015

JIM MUNROE: LA ILUSIÓN DE LA INCREDULIDAD


Un ilusionista profesional
Jim Munroe es un ilusionista psicológico y un “escéptico de nacimiento” autoproclamado. Desde muy temprana edad, Jim tuvo la habilidad de hacer que las personas creyeran que algo estaba sucediendo, cuando en realidad no. Su habilidad de crear una creencia falsa como ilusionista en sus audiencias, dejó a Jim escéptico acerca de toda forma de religión y espiritualidad.
Mientras estudiaba psicología y filosofía en la Universidad de Texas, decidió que respondería la cuestión de Dios por sí mismo, de una vez por todas. Estudió las afirmaciones de todas las religiones y
filosofías principales del mundo. Su única pregunta para Dios, después de todo el estudio, siguió siendo la misma: “Dios, si eres real, necesitas hacerte tan real que no te pueda ignorar”. Él no sabía que su oración sería respondida, probablemente de la manera en que menos lo deseaba o lo esperaba.
En 2009, le diagnosticaron una extraña leucemia. En un momento, los médicos le dijeron a Jim que la leucemia lo mataría en solamente dos meses. Comenzó su tratamiento en el Centro Médico Anderson Cancer Center de Houston, y tuvo que soportar un trasplante de médula ósea. La dificultad de su trasplante fue encontrar a alguien que fuera perfectamente compatible con el tipo de sangre de Jim y que estuviera dispuesto a donar su médula por Jim. Luego de buscar un donador perfecto en una base de
datos internacional de nueve millones de personas, solamente hubo una que lo salvaría de su enfermedad biológica. Jim explicó que pudo ver una comparación directa con el mensaje del evangelio
de Jesucristo. Jesús era el Único con la sangre perfecta que podía sustituir su sangre sana (en un sentido espiritual) para nuestra condición desesperadamente enferma.
Al término de su exitoso trasplante de médula ósea que acabó con su cáncer, Jim vio que Dios había respondido su oración y se le había revelado en una manera innegable. “Los médicos me dijeron que me habían dado un segundo cumpleaños. Las enfermeras me dijeron que yo era de nuevo como un bebé en el vientre”. A través de este asombroso viaje, Jim afirma que su naturaleza escéptica “fue abrumada por la realidad de Cristo”. Ahora Jim lleva a miles de personas al Señor y al directorio de donantes de médula ósea a través de su excepcional historia.

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