sábado, 25 de abril de 2015

EL ENGAÑO DEL HOMBRE DE NEBRASKA.



A mediados del año 1925 hubo un juicio en Tennesee, Estados Unidos, donde el futuro de la evolución y la creación se decidiría. En este juicio, uno de los defensores del evolucionismo era el Dr. Clarence Darryl. Este abogado tenía a su disposición la asesoría del principal paleoantropólogo en el momento, Henry Fairfield Ausburn, profesor en la universidad de Harvard. Ellos tenían en su posesión un "colmillo" o un "diente"

Con respecto al supuesto fósil del "Hombre de Nebraska", el Dr. Fairfield sostuvo: "Esta es la mejor evidencia de la evolución que hasta ahora tenemos en el continente americano. Este fósil que tenemos aquí (Hesprofísicus Harold Cookaee) o "el Hombre de Nebraska", es claramente uno de un primate evolucionando gradualmente a la forma de un hombre." Y debemos admitir, si uno mira el fósil muy de cerca, notará que ni parece al diente de un hombre, ni tampoco parece de un mono completamente. Así que… de acuerdo con este gran científico de su tiempo, este fósil era "de un mono en mutación a un humano". Ahora bien, gracias a esta "evidencia" en el juicio, la victoria final fue concedida a los evolucionistas. De ese momento en adelante, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos oficializó la enseñanza de EVOLUCIÓN en vez de CREACIÓN en las aulas. De ahí pasó a todo el mundo. Y todo gracias a la "irrefutable evidencia" de este fósil.

Pero tiempo después del juicio, el científico que originalmente descubrió el diente regresó a las mismas gravas donde lo había encontrado y encontró otro diente idéntico, y al lado de este diente había otros dientes, y estos dientes estaban adheridos a una quijada y esa quijada estaba adherida a un esqueleto. Estoy seguro que ahora usted supondrá: "Bueno, lo que el científico descubrió debió por lo menos ser un mono, o un hombre, o un hombre-mono o algo en medio" Bueno, no era ninguno de los anteriores. Más de diez años después del juicio, una publicación científica publicó que en realidad el fósil llamado Hombre de Nebraska no había resultado ser más que un colmillo de un "pécari". La revista pedía disculpas por el "error".

Y quizás te estés preguntando lo mismo que millones de personas se preguntaron cuando esto se publicó: ¿Qué rayos es un Pecarí? Pues, dejemos que sea la Enciclopedia Británica la que nos diga: "Pecarí: es nombre científico para PUERCO. Parecidos a pequeños puercos con orejas erectas pequeñas y casi sin cola. Los pecaríes alcanzan una longitud de 75-90 cm (30-35 pulgadas) y un peso de 33-66 libras." Copyright 1994-1998. Enciclopedia Británica. (Traducido al español por Dawlin A. Ureña.)

¿Un qué…? ¿Un puerco?

Por supuesto, la admisión de este "error" no fue hecha en público hasta muchos años más tarde. Y ahora asómbrese de la forma en que el hallazgo fue publicado: "El Hombre de Nebraska no resultaba ser más que un pecarí". Mucha gente no sabía lo que un pecarí era, y tampoco le interesaba… La farsa ya estaba montada y nunca más sería sustituida, ni siguiera por la verdad. Con este descubrimiento el hombre se "dio cuenta" (erróneamente) de que "sí venimos de un mono", de que "la Biblia es un fraude", y que el Dios de la Biblia, "no nos juzgaría, después de todo".Pero esa no es la verdad.

No obstante a tan FATAL error, la Teoría de la Evolución continuó enseñándose como VERDAD ABSOLUTA en todo el mundo.

Nuevamente podemos ver una especie de conspiración o engaño que desvió la atención de las personas, de Dios a la nada, muchos dejaron de creer en Dios y pusieron su fe en la evolución. La creencia en la evolución es una realidad académica en muchos colegios y universidades, a pesar que la evolución es un error, un engaño. Poco a poco espero ir demostrando esto.

Obviamente no pretendo discriminar a la ciencia, el problema no es la ciencia, el problema somos nosotros, sabemos hacer lo correcto, pero muy pocas veces hacemos lo correcto.

Dios es una realidad, Jesucristo es el Señor del universo, y Dios le resucitó de entre los muertos.

Los invito a revisar este documental (Si es que aún no lo han visto, porque está en una de las págians de este Blog "¿Evolución?) Oir y ver para entender "Fe que piensa, razón que cree".



viernes, 17 de abril de 2015

DRA. JO GOODSON: UNA NIÑEZ DE ATEÍSMO



DRA. JO GOODSON: UNA NIÑEZ DE ATEÍSMO

Graduada del Imperial College de Londres

Para mí ha sido un privilegio compartir en las universidades de Londres, Inglaterra desde 1981. Ha sido desafiante, por decir lo menos, pero los testimonios del poder transformador del evangelio han sido asombrosos. Ninguna de esas historias es más alentadora que la de Joanna Goodson; aquí la tiene en sus propias palabras:

Yo crecí en un hogar ateo. Éramos bastante francos, simplemente no nos preocupaba asistir a la iglesia. No hablábamos con Dios, ¿para qué? Comprendíamos que otras personas creían en Dios y sentíamos que estaba bien si les ayudaba a salir adelante en la vida. Afortunadamente, teníamos una buena educación y éramos económicamente estables, y posiblemente creíamos ser un poco más inteligentes que los demás, de manera que no necesitábamos inventar a ningún “Dios fantástico” que nos ayudara a salir adelante en la vida. Éramos personas felices y buenas, y creíamos que eso era suficiente.

Al mirar en retrospectiva, puedo ver los momentos de mi niñez en que mis hermanos y yo en realidad teníamos curiosidad por Dios. Recuerdo haber encontrado una Biblia de los Gedeones en la habitación de un hotel y decidir leerla de principio a fin en una noche. En ese tiempo yo tenía unos doce años. Me quedé dormida a la mitad de Deuteronomio y nunca más pensé nada al respecto. ¿Esta era curiosidad intelectual o era Dios que intentaba comunicarse conmigo? A esta altura, no estoy segura.

Recuerdo que mi hermano llegó a casa de la escuela a los ocho años y dijo que creía que cada palabra de la Biblia era verdad.

Mis padres no tuvieron que apartarlo para explicarle cuán tonto era; mi hermana y yo hicimos un buen trabajo en la cena al lograr sacarle la idea a través del ridículo y el insulto, llamándolo “ingenuo”. Ahora él se considera budista, así que supongo que no logramos hacerlo escéptico en cuanto a las cosas espirituales.

El cambio sucedió en mí cuando fui a la universidad a los dieciocho, cuando era una estudiante arrogante que había ya dilucidado como funcionaba todo, en la vida y en la religión. Conocí a un dinámico cristiano con rastas y una personalidad positiva. Todos lo querían y deseaban estar con él. Era abierto acerca de su fe y no bebía, aunque sí asistía a los clubes y bailaba por diversión. Lo que es más, no se quedaba dormido por ahí. Eso no me parecía lógico. Él tenía una buena educación, era popular y no necesitaba una muleta. Era una anomalía en mi comprensión de la vida.

Nosotros discutíamos mucho acerca de religión. Yo pensaba que podía convencerlo de que estaba siendo tonto y obviamente asiéndose de alguien sobre quien le habían enseñado en la infancia pero que nunca había examinado críticamente. Él era un adulto que continuaba creyendo en Santa Claus, y yo le mostraría la verdad, porque a su edad resultaba cruel no saber. A medida que progresaban nuestras discusiones, me asombró descubrir que yo era quien nunca había examinado las cosas de verdad. Yo era quien nunca había desafiado lo que me habían dicho en términos de la perspectiva atea. Eso no me hizo cristiana automáticamente; solo abrió mis ojos a la posibilidad de que Dios fuera real.

Fue entonces cuando Natty, mi dinámico amigo cristiano, me llevó a la iglesia y las cosas encajaron. No me convencieron de ningún argumento sofisticado; me desafiaron a considerar en la posibilidad de que Cristo habría muerto por mí. Finalmente Dios se encontró conmigo donde yo estaba, escondida en la parte trasera de un servicio de una iglesia en Londres, preguntando: ¿De verdad hay alguien arriba? Cuando finalmente llegué a un lugar de fe, supe que Dios de verdad había hecho mucho más por mí que yo simplemente había ignorado. Una profunda sensación de gratitud ha estado en mi corazón desde ese día.

Mi vida cambió instantáneamente y tomaría mucho espacio explicar cómo. No se trató de dejar las drogas ni el sexo, y finalmente convertirme en una buena persona. Se trató de vivir para Dios, esperando sinceramente cambiar, así como de ver al mundo cambiar para Él y para su honra. Diez años después, estoy casada y tengo un hijo y una hija en camino. Soy doctora y matemática. Mi tesis de la universidad se trató acerca de comprobar la existencia de Dios a través de la lógica matemática. En realidad lo que comprobé fue que no se puede comprobar lo contrario. Eso es suficientemente bueno para mí, lleva a la gente a dar un paso de fe, de una manera o de otra. No me había dado cuenta de que había dado un paso en la dirección equivocada hasta que alguien me desafió al respecto.

Me siento contenta y con paz, y puedo confiar en los demás, porque Dios puso confianza en mí. Puedo perdonar a los demás porque Dios me ha perdonado. Soy fuerte porque Dios me da fuerza. Puedo lidiar con los tiempos malos, porque tengo algo en lo cual colocar mi confianza. Sonrío, porque sé que no importa cómo luzca mi mundo, Dios está obrando todas las cosas para mi bien. Mi familia todavía tiene que creer en Dios, pero asombrosamente desean hacerlo. Ellos me dicen que desean la fe que yo tengo. Mi madre ha expresado a menudo un deseo de que mi hermano y mi hermana encuentren una linda iglesia a donde asistir.

Ella piensa que la felicidad, la simpatía y la capacidad de lidiar con los desafíos de la vida vienen de una iglesia. Yo sé que en realidad vienen de Jesús. Cuando ella lo vea, también creerá.

Tomado del libro "Dios no está muerto" de Rice Brocks.

sábado, 11 de abril de 2015

EL FRAUDE DEL HOMBRE DE PILTDOWN.

La teoría de la evolución es una de las ideas más enseñadas en las universidades y colegios del mundo, se da por sentado que es una realidad, se da por cierto que evolucionamos de especies inferiores, que somos barro con suerte, que todo es resultado de la casualidad. Ya está comprobado que es imposible que la sola evolución del ojo sea posible, aunque pasaran millones y millones de millones de años, nunca sucedería algo así como que de la casualidad unieran los elementos necesarios para formar la vida, pero el engaño sigue adelante.

En muchos lugares y durante mucho tiempo se habló del hombre de Piltdown, como una base para probar la evolución, hasta que se descubrió que fue un fraude:

"Los fragmentos óseos guardaban similitudes con los seres humanos y con los simios, y fueron aceptados como válidos por la comunidad científica hasta 1953, fecha en que el Museo de Historia Natural de Londres anunció que se trataba de un fraude. Los científicos probaron que los restos tenían menos de 50.000 años de antigüedad y que el cráneo y la mandíbula procedían de dos especies diferentes (un cráneo humano y fragmentos de mandíbula de un simio, probablemente un orangután). Todo el conjunto había sido manipulado con el fin de provocar el engaño."


Pero a pesar del fraude, durante mucho tiempo, muchísimas personas seguían hablando del hombre de Piltdown como base para probar la evolución del hombre.

Este fraude es una realidad, ha sido parte de muchos programas de televisión, incluso de revistas de divulgación científica. Lamentablemente hay una especie de encubrimiento o conspiración con el tema, muchas personas murieron pensando que la evolución era una realidad y que Dios era un mito.

Como se dice siempre: "Si nos conocemos y después te olvidas de mí, e incluso me rechazas, no te preocupes, no has perdido nada, pero si te presentan a Dios y te olvidas de Él, o también lo rechazas, preocúpate, lo has perdido todo, eternamente"

Los invito nuevamente a revisar este documental, de alguien que decidió investigar el tema con sinceridad intelectual, obviamente se llevó la sorpresa de su vida.



sábado, 4 de abril de 2015

BRIAN MILLER: UN FÍSICO CON FE.



Brian Miller:Graduado de MIT y de Duke.
El Dr. Miller comenzó su educación de licenciaturas en el MIT, deseando comprender cómo funciona el universo y perseguir las preguntas más profundas acerca de la existencia humana. Para cumplir su primer objetivo, estudió física. Para alcanzar el segundo, sostuvo largas discusiones acerca del significado de la vida con sus amigos, se inscribió a un curso de primer año de la Biblia y leyó el libro “El relojero ciego”, de Richard Dawkins. El profesor de Biblia afirmaba que las historias de la escritura eran en su mayoría relatos ficticios escritos para potenciar los planes de los autores. El libro de Dawkins afirmaba que el diseño aparente de la naturaleza era una ilusión y el resultado de las fuerzas ciegas de la evolución. Como consecuencia, muy probablemente Dios era un mito.
Una noche, Brian confesó que no sabía si Dios existía, pero si Dios existía, Él necesitaba mostrarle claramente lo que era verdad. Brian me explicó en nuestra entrevista que como científico, podía creer sólo lo que se había comprobado como verdadero con una clara evidencia. Esa noche comenzó un largo viaje que lo llevó a un cuidadoso estudio de ciencia, filosofía, historia, arqueología, antropología y algunas otras disciplinas. A través de sus estudios, descubrió que la ciencia claramente apuntaba a la existencia de Dios y a su cuidado por la humanidad. Brian también se dio cuenta de que los evangelios están bien documentados por la evidencia histórica, y que la resurrección de Jesús es virtualmente innegable bajo cualquier patrón racional. Dios no solamente satisfizo la necesidad que Brian tenía de evidencia clara, sino también llevó a cabo milagros: Brian vio que sus amigos cristianos sanaban sobrenaturalmente a los enfermos en el nombre de Jesús, y a veces escuchaba la voz de Dios en maneras sutiles, pero transformadoras. Estaba experimentando personalmente el amor de Dios.
A partir de que terminó su doctorado en física, el Dr. Miller ha hablado delante de audiencias hostiles en universidades de todo el mundo acerca de la evidencia de la fe cristiana. A través de estas experiencias, comprende cada vez más que las creencias de los escépticos están normalmente basadas en una fe ciega en la filosofía naturalista, más que en la evidencia dura.